9/12/2019

La prevención y el control de la diabetes, clave para una buena salud cardiovascular

Hay enfermedades que facilitan la aparición de otras y debemos tomar todas las medidas que estén en nuestra mano para evitarlas. Controlar determinadas patologías es especialmente importante cuando, además de empeorar nuestro estado general, también pueden ocasionar daños directos a nuestro corazón. Es lo que ocurre con la diabetes de tipo 2. Si no se controla bien, aumenta el riesgo de tener un infarto o una enfermedad cardiovascular.

La Fundación Española del Corazón apunta que un hombre con diabetes multiplica por dos, incluso por tres, las posibilidades de desarrollar una patología cardiovascular. En las mujeres se multiplica por cinco porque tienen más sensibilidad vascular a la diabetes tipo 2. También se dobla el riesgo de insuficiencia cardiaca en los pacientes diabéticos respecto a los que no lo son. La relación entre ambas dolencias es muy clara y por eso es muy importante prevenir la diabetes o, si ya ha aparecido, controlarla. Con esta enfermedad, las arterias son más susceptibles al daño y, por ello, aumenta el riesgo.

Cómo afecta la diabetes a las arterias

La diabetes tipo 2 es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular porque tiene mucha relación con el desarrollo de la aterosclerosis, una afectación de todas  las arterias y específicamente de las coronarias que provoca el estrechamiento de sus paredes interiores y puede dar lugar a cardiopatías, anginas de pecho o infartos. También afecta al miocardio (músculo del corazón) porque disminuye su capacidad de contracción. Otro problema es que la diabetes tiene la capacidad de afectar los nervios (neuropatía) que inervan el corazón y puede provocar alteraciones del ritmo cardiaco y disminuir la sensibilidad al dolor, por lo que hay pacientes diabéticos que pueden sufrir infartos silentes (sin dolor), más peligrosos porque el tiempo de respuesta es mayor.

Cómo evitar los problemas de corazón

  • Si no padeces diabetes tipo 2: Para prevenir la enfermedad, es fundamental tener un peso adecuado y hacer ejercicio regularmente. Todo lo que tenga que ver con mantener un estilo de vida saludable será beneficioso, como evitar el tabaco, los alimentos ricos en grasas y azúcares añadidos y el alcohol.
  • Si padeces diabetes tipo 2: Por supuesto debes cumplir estrictamente el tratamiento prescrito por tu doctor.  Además es fundamental tratar de recuperar o mantener el peso adecuado y consumir los fármacos recetados por el doctor que, además de controlar el azúcar, disminuyen el riesgo de enfermedad cardiovascular.
  • En ambos casos, cuida la alimentación: Las frutas y las verduras deben ser las protagonistas de las comidas y constituirán prácticamente la mitad de lo que se consuma diariamente (3/4 raciones al día de verduras y 2/3 raciones al día de frutas). Los cereales también serán una parte importante de la dieta. Eso sí, siempre integrales y sin azúcares añadidos (3 raciones al día, 50 gramos por ración). La Fundación Española del Corazón también recomienda una o dos raciones de lácteos al día, de 120-150 gramos cada una y unas cuatro cucharadas de aceite de oliva virgen extra. También se deben consumir frutos secos (sin sal añadida) una vez al día y legumbres tres veces por semana. El pescado, la carne blanca y los huevos podrán consumirse entre 3 y 5 días a la semana. De manera esporádica, la carne roja y el embutido.
  • Haz ejercicio: Al menos 30 minutos todos o casi todos los días de la semana. Las personas que no realizan actividad física tienen mayor riesgo de padecer un ataque cardíaco. El deporte tiene muchos efectos beneficiosos como la pérdida de peso, la reducción del estrés y de la presión arterial, ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre y eleva el ‘colesterol bueno’.